La formación del carácter resulta indispensable en el siglo XXI, ya que nuestros estudiantes se enfrentarán a un mundo cambiante y lleno de incertidumbres que pondrán a prueba su capacidad de adaptación y de mantener un rumbo firme frente a los desafíos. El carácter se forma mediante la práctica y vivencia cotidiana de hábitos, maneras de pensar, sentir y actuar que resultan positivos para sí mismo y el mundo. Por lo mismo, la formación del carácter se desarrolla en forma progresiva en los distintos niveles y en todas las instancias de la vida escolar.
En ese sentido, nuestro programa de desarrollo del carácter define 7 fortalezas, de las que se desprenden las actitudes y acciones que queremos formar en cada alumno SC:
Soy perseverante: me esfuerzo para avanzar hacia mis metas a pesar de los obstáculos. Me comprometo con lo que comienzo sin desmotivarme. Tengo metas de largo plazo que son importantes para mí.
Soy responsable: me hago cargo de mi vida y mis decisiones a pesar de las circunstancias que me rodean. Tomo buenas decisiones considerando los efectos de éstas a largo plazo.
Soy reflexivo: considero todos los aspectos antes de tomar una decisión, incluyendo los argumentos que se oponen a mi postura inicial. Evalúo las ideas desde un punto de vista crítico.
Soy respetuoso: creo en el valor intrínseco de cada persona. Trato con consideración y honestidad a los demás y a mí mismo.
Soy amable: me preocupan las personas que me rodean, busco que se sientan acogidas y que se encuentren bien. Soy empático y me preocupo por los sentimientos de los demás.
Soy entusiasta: enfrento la vida con energía, optimismo y ganas de aprender. Soy curioso y me motiva profundizar en distintas áreas del conocimiento.
Soy constructivo: me gusta poner mis talentos al servicio del bien común y ser un aporte donde quiera que esté. Contribuyo a que los demás alcancen sus metas.